Cuán maravillosa es la creación, cuán maravilloso es el ser humano, con palabras no sería suficiente poder describirlo, por lo que sigo sorprendido y agradeciendo cada día todas estas manifestaciones. La respiración se hace más limpia cuando estás liberado de la confusión mental que perturba el estado natural de la vida. Uno, dos, Nyahbinghi.
Hermoso es el camino a Sión, frutos frescos y agradables son recogidos de los árboles variados que hay en el trayecto. Árboles con buenas raíces, plantados al lado de un río, que echan fruto maduro en su tiempo, como dice el Salmo 1. Puedes beber del entendimiento y comer los momentos más deliciosos de la vida, y aquel que lo quiera disfrutar, solo necesita disposición para hacerlo. Dios le ha dado libertad a los seres humanos, desde el comienzo de la historia, y cada vez que aprendo más sobre lo que debe ser la libertad en toda su amplitud, en todos sus aspectos individuales y globales, agradezco más al Todopoderoso porque realmente solo Él es justo de justos, y que, lo que muchas veces vemos alrededor, la decadencia e injusticia, es ocasionada no por Él sino por el mismo ser humano que en su libre albedrío ha obrado confundido por babilonia, y, al verse desnudo, no acepta su falta y busca culpables, como lo hizo Adán cuando fue interrogado por Jah por comer del fruto que les había dicho que no debían comer, en el cuento bíblico del Génesis, donde el varón se justifica culpando a su mujer, Eva, y ésta a su vez se justifica culpando a la serpiente por su desobediencia.
Dios nunca le prohibió nada al ser humano, le dio libertad para escoger su destino, lo hizo único, le dio razón y sentir, lo dotó de distintas capacidades y talentos, lo hizo existir en el mundo. Vive, busca tu felicidad, hombre libre, y con infinito amor le dio la brújula para que no se pierda, le dio los latidos del corazón, ciencia y sabiduría para el que los escucha. Uno, dos, Nyahbinghi.
Pero el ser humano no escucha a su corazón, se ha confundido, la libertad de su mente lo ha llenado de preocupaciones, le ha hecho pensar en lo que no es, en lo que no existe, en lo que no forma parte de la vida, haciéndolo temeroso y egoísta, sobreviviendo, no viviendo en plenitud, sino sobreviviendo, invirtiendo la matemática simple de la naturaleza. Uno, dos, Nyahbinghi.
Pero es libre, ningún ser humano puede juzgar a otro ser humano, porque su comportamiento está percibido con ojos humanos, es Jah, el justo de justos, que conoce hasta los más íntimos pensamientos de los individuos porque Él lo sabe todo, porque está en todo.
Muchas personas creen que Rasta se reprime de los placeres del mundo, como penitencia para quedar bien ante los ojos del resto. Y lo que debemos explicar, es que nosotros no nos prohibimos de nada, reconocemos la libertad del ser humano, y libremente escogemos seguir un camino de bien, con máximo deleite, sin represiones, contentos de nuestra forma de vida natural, gozosos de volver a nuestros orígenes a través de la enseñanza de nuestros ancestros, los Cushitas, quienes con sonido de tambor, nos brindaron la cultura de los sonidos del corazón. Uno, dos, Nyahbinghi.
Hablar sobre Nyahbinghi, es simple y sencillo, como la vida misma, que guarda la felicidad en pequeños detalles, y sabiduría en la paciencia. Quiero compartir rugiendo como León, todo el fuego que llevo dentro, los nuevos conocimientos leídos, vistos, compartidos y razonados con YoyYo cada hermoso y bienaventurado día, que llena de paz y amor mi existencia.
Habrán post sobre los razonamientos cotidianos, y me gustaría que los lectores, hermanos en Jah Rastafari de los cuatro rincones de la tierra, me compartan sus opiniones y sus razonamientos, me inviten a visitar sus blogs, y que el Fuego siga creciendo en todos los corazones. Haile I Selassie I Jah Rastafari.