Muchas personas pensarán que todo es parte de una moda juvenil, un gusto pasajero, una adicción justificada tal vez; es que la realidad pareciera darles la razón. Sin embargo, toda persona que ha estado encaminada a la búsqueda del conocimiento de Dios, lo ha hecho a través de las enseñanzas de las culturas que guían al mundo, en mi caso, a través del autoconocimiento, conocí a Rastafari.
En Perú, país donde resido, la mayoría de gente es católica, no hay una cultura propia definida, ya que como es sabido por la historia universal, vinieron los españoles a imponer su religión y sus reglas, violando los derechos de los antiguos pobladores del incanato. El conocimiento de Dios no se impone, por eso desde pequeño, siempre cuestioné el accionar de esa iglesia, porque del mismo modo mis padres me impusieron esta fe como creencia, y conforme fui creciendo, me aparté por ley de gravedad, y volteé la mirada, buscando por mi cuenta, un camino que satisfaga mi necesidad de conocer a Dios.
A través de mi razonamiento, fui creando una relación en mi interior que me encaminaba a cambiar mis actitudes, a idealizar mis pensamientos, a prepararme para recibir mayores conocimientos. En ese tiempo, cuando llegó a mis manos una excelente obra, vi que todo lo que había aprendido por mi búsqueda personal, guardaba sentido con el mensaje del libro. A partir de allí, empecé a estudiar la cultura de oriente. Teniendo a Siddartha Gautama como ejemplo, fui creciendo, aprendiendo y cuestionando, y reforzando todo lo positivo de esta cultura; nuevamente me estaba preparando.
Mi cuerpo y me mente se encontraban limpias, esa necesidad innata crecía, y Él me preparaba, poniendo en mi camino a mi familia espiritual, los hermanos Nyahbinghi. Cuando conocí a un hermano Rastafari, y pude compartir con él sus razonamientos, viendo en su semblante paz interior y calma en su corazón, supe reconocer que esta cultura tenía mucho por enseñarme. No es una simple moda, es un estilo de vida, enseñado por nuestros padres, los primeros en habitar el mundo, en el continente Madre, África.
Es poco lo que se conoce de África, al igual que en esta parte del planeta, a los africanos también les robaron su cultura, su identidad. Los colonizadores europeos los llevaron como esclavos y los explotaron, sus tierras se las repartieron. Pero no se puede tapar el sol con un dedo. Todo tenía que suceder como estaba escrito, y el León Conquistador rompió las cadenas, y le devolvió al negro su identidad, le enseñó sus raíces, y puso luz en sus corazones.
Por eso, cuando conocí las diversas culturas del mundo, las de oriente medio, las indígenas, la de filósofos griegos, todas las buenas meditaciones de ellas, tienen un punto de partida, un inicio, y en La Biblia y en otros textos, nos dicen que el inicio fue en África. Aquí Haile Selassie I, Emperador de Ethiopía, explicó con amor infinito, que el Arca de la Alianza se encontraba en Addis Ababa, consagrando a los africanos como la Casa Negra de Israel, la engreída de JAH.
Todo esto lo digo con convicción y con la seguridad que me da la meditación de cada día, no guiado por los demás, sino a través del autoconocimiento, razonando y cuestionando, y con la humildad de recibir todo lo que proviene de Dios, y ese es el punto de partida, el eslabón perdido, el tesoro deseado, la verdad oculta, etc.
Cambiemos la frase y hagámosla cierta, todos los caminos conducen a Zion. No importa la cultura con la que te identifiques, en todas hay conocimiento, abunda enseñanza. Pero todo tiene un principio, y todos están invitados a conocer de nuestra Madre África, del fuego del amor, de sus manos limpias y su corazón puro. Medítalo en tu corazón, conócete a ti mismo, y redescubre tus raíces.
Esto no es una moda, no es una justificación, es cultura de vida, respeto por nuestro pasado, caminar al futuro. Haile Selassie I, es el Rey de Reyes, Señor de Señores, León Conquistador de la Tribu de Judá Ethiopía. Gracias a su amor por la humanidad, es que nos ha abierto los ojos, y nos ha mostrado que el amor prevalece, que hasta en el siglo XXI, David vencerá a Goliat, o sea que el bien triunfará sobre el mal, el oprimido sobre el opresor.
Por eso sigo creciendo, sin importar el color de piel, sin apuros, desde el comienzo, paso a paso, con humildad, identificado con esta cultura que nos hace a todos iguales, creando unión y aboliendo la desigualdad, sin egos indebidos, sintiendo respeto por nuestros hermanos los seres humanos, por nuestro Padre y nuestra Madre, por la bendición de estar vivos, por eso me identifico con Rastafari, porque trajo la verdadera y sincera felicidad a mi vida. Punto aparte.
4 comentarios:
Haile I
Su meditar es h bello y muy ordenado y facil de entender como muchos testimonios de hombre rasta , saludos fraternos desde mexico, , el inicio del texto me hizo identificarme, pues la historia de mexico es muy parecida , y creo que viviendo en paises conquistados por catolicos estan igual.
bendito amor
Haile I
Damos gracias Hermana. Ahí paso a leerla.
Seguiré publicando los razonamientos que fluyen en mi corazón para compartirlos con todo aquel que tenga disposición de leer.
Mucha bendición del Negus.
Un amor!
Bendito amor mi señor.
Damos gracias por el amor de negus ,que reina en el corazon de todo hombre de bien.
De lima peru tambien, saludos.
Selassie I Jah RastafarI.
Selassie I Mi Señor!
Un gusto Ras, qué bueno que podamos entar en coneczion!
Hence Fiqir Bandinet, JAH Igziabeher!
Ras Alexis.
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