La alimentación es la principal necesidad que tiene el ser humano. Muchos filósofos han mencionado que somos producto de lo que comemos, y en estos tiempos debemos informarnos sobre los productos que consumimos, porque de eso dependerá nuestro crecimiento normal y armonioso con el mundo.
Siendo la agricultura la principal fuente de la que extraemos los alimentos, hay que cuestionar los productos que se están sembrando hoy en día, y analizar los beneficios de cada tipo de cultivo. Además de la agricultura tradicional, se viene tecnificando esta actividad buscando lograr mejor calidad en los productos, y lograr mayor rentabilidad para el agricultor.
Por eso voy a hacer un pequeño contraste entre los populares productos transgénicos y los innovadores productos orgánicos (Aunque este tipo de agricultura es la más primitiva del mundo).
Basándome en un criterio meramente personal, mi posición no busca crear controversia, sino hacer conocer que la mejor forma de desarrollarnos es conviviendo en el respeto y la armonía entre todos los seres vivientes, entre ellos el planeta en sí. Con esa premisa, nuestra supervivencia dependerá de la forma como sepamos mantener esa armonía natural, que no va de la mano de la hipocresía que argumenta que si destruimos en un 50% y construimos en un 50%, se mantiene el equilibrio. Eso lo dice quien no siente ningún respeto por el mundo ni por nadie.
Por eso explicaré las grandes diferencias entre ambos cultivos no tradicionales. Los transgénicos son los productos del que la semilla ha sido modificada genéticamente, haciéndola más resistente a ciertas plagas, y tratando de incrementar los valores nutritivos propios de cada fruto. A diferencia de ello, los orgánicos son los productos en los que no se ha usado ningún químico ni fertilizante artificial, sino que a través de la propia naturaleza, se ha buscado evitar las plagas y hacer productos de buena calidad.
¿Es mejor alimentarnos del fruto que proviene de una fuente natural de alimentos, o del que ha sido alterado por la tecnología genética? La respuesta debe surgir inmediatamente, ¿O las computadoras son mejores que el cerebro humano? Acá no se trata de una guerra contra Monsanto –dueño de la patente de muchos productos transgénicos como la soya- sino de asumir la responsabilidad de que lo que hagamos afectará directamente a los agricultores, al ecosistema y a nosotros (que somos producto de lo que comemos).
La gente debe saber que los transgénicos, aparte de convertir los alimentos en un monopolio, (ya que cada producto está patentado al dueño y el agricultor tiene que tributar por cada semilla sembrada) estos pueden afectar el ecosistema, debilitando las tierras de cultivo y afectando a otros productos que crecen en campos aledaños.
Ahora, los productos orgánicos aparte del beneficio nutricional por su alta calidad, estos cultivos contribuyen a mejorar las tierras, usando fertilizantes naturales y evitando la contaminación por no usar productos químicos, ¿Por cuál te decides? Punto aparte.
sábado, 1 de mayo de 2010
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1 comentario:
Gracias porque de manera clara nos informas y haces que entendamos de una vez que por ganar dinero estamos pisoteando el medio ambiente, del cual somos parte los humanos.
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